miércoles, 23 de enero de 2013

EL FET DE LA PELL A LA COLONIA GUELL


El fet succeïa el 23 de febrer de 1905 :
http://www.slideshare.net/macdudua/la-colnia-gell

Alguna font recentment el portava a l’actualitat i en feia el següent resum :
http://www.ducros.biz/corpus/index.php?command=show_news&news_id=3482

El 23 de febrero de 1905, un niño de 11 años que trabajaba en la fábrica textil de la Colonia Güell se cayó dentro de una tina de tinte hirviendo y sufrió gravísimas quemaduras en buena parte de su cuerpo. A iniciativa del cura de la colonia, una veintena de obreros, los dos hijos de la familia Güell y el propio sacerdote donaron fragmentos de su piel con los que se pudo practicar al niño un injerto múltiple que salvó su vida.

A la Hemeroteca de la Vanguardia trobava :

En la importante instalación fabril que don Eusebio Güell y Bacigalupi posee en Santa Coloma de Cervelló , y que bien puede calificar se de colonia-modelo, ocurrió hace algunas semanas un desgraciado accidente fortuito, imposible de prever.

Un muchacho de 12 años edad, Josep Caparrós, cayó dentro de un algibe de pirolignito y caparrosa, recibiendo horribles quemaduras en las piernas.

El pobrecito herido fue trasladado á la enfermería de la colonia; han pasado días y las llagas no se cicatrizan, los tejidos de las piernas no adquieren elasticidad.
El enfermo es trasladado al hospital del Sagrado Corazón y queda al cuidado del doctor Cardenal.

El ilustre cirujano no ve otro modo para atajar los progresos del mal que recurrir á la autoplastia, injertando al herido piel de otro individuo sano y robusto: pero piel arrancada de la carne viva, sin anestésicos, ni paliativos.

La septicemia amenaza de un modo que pronto va á ser irreparable: habrá que recurrir á la amputación si no se halla un ser abnegado que ofrezca su cuerpo para salvar el del muchacho.

La noticia llega á la colonia Güell por conducto del sacerdote que cuida de la capilla, el reverendo don Gaspar Villarrubias, quien es el primero el ofrecerse al sacrificio.

Cunde la nueva por fábricas y talleres de la colonia y el ejemple cunde con la noticia.

Al enterarse, los hijos de don Claudio Güell Bacigalupi hacen saber á su señor padre que están dispuestos á dejar cortar de su cuerpo el trozo de epidermis necesario para salvar al obrero herido.

El ejemplo de los nobles señores de Güell y del sacerdote es imitado por varios obreros de los que allí hallan honrado trabajo y bienestar.

Treinta y cinco son los abnegados altruistas, los ejemplares varones que se disponen á sufrir un martirio cruento para hacer bien al prójimo.

El doctor Cardenal se ve en él caso de hacer una selección, escogiendo de entre los espontáneos colaboradores de la Ciencia, de los que por amor se prestan al sacrificio.

Son escogidos los más sanos, los más robustos, los de edad más apropósito.

Son escogidos los siguientes, con cuyos nombres honramos estas columnas:

Don Claudio Güell y López, soltero.

Don Santiago Güell y López, soltero.

Reverendo don Gaspar Villarrubias, presbítero de 38 años de edad, capellán de la colonia.

Don Ramón Pont y Torné, de 30 años de edad, casado, untador de máquinas.

Don Pablo Pascual y Castañeda, de 27 años, labrador, ocupado en los trabajos de las huertas de la colonia.

Don Antonio Sánchez y Santacana, de 19 años de edad, soltero, peón.

Don Tomás Guillot y Amat, de 21 años, tintorero, casado.

Don Cristóbal Artigas y Brunet, de 35 años, ayudante del maquinista, casado.

Don Alfonso Estilles y Martí, de 36 años, tinterero, casado.

Don Miguel Morera Farro, de 18 años, soltero, tintorero.

A la hora convenida aguardaban en la sala de operaciones del hospital del Sagrado Corazón, los señores Güell y demás que hemos citado.

Los doctores Cardenal, Girona y Trius, Giierri y Moya, proceden á arrancar la piel de los que espontáneamente prestan su cuerna al escalpelo.

Acaso una lágrima, producida por el ínterin del dolor físico, se escapa de sus ojos: pero, de sus labios... ¡ni una queja!

La operación quirúrgica se ha realizado con éxito

http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/1905/04/07/pagina-4/33376120/pdf.html?search=COLONIA%20G%C3%9CELL

advertireu contradiccions i oblits, dels primers l’edat del infant, del segon, el nom i cognoms de la víctima.

El text de la Vanguardia està en llengua castellana, perquè en aquella època no podia fer-se en cap altra, digui el Borbó o el Ministre el que diguin.

El Senyor fa anys que va acollir al Josep Caparrós ----, i a la resta.

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